Estimado 47:
De los venidos a “América”, mucho de los tanos trajeron su schioppo o fucile mientras que los gallegos (de toda España) trajeron su escopeta. Mi viejo no fue menos y se trajo su “Bernardelli” obviamente del calibre mas grande que había, el 12, que he heredado.
Ya desde chico jugaba con un juguete de madera con forma de arma. De joven me regalaron un aire comprimido 4,5. Antes de enseñarme a tirar siquiera me dijeron: “Todo lo que caces, te lo vamos a preparar para comer.“
Al cumplir los 18 años rendí las 10 pruebas de tiro en el Tiro Federal Argentino con un Mauser e iba a tirar de vez en cuando. En la colimba aprendí a desarmar y armar a ciegas el FAL y obviamente a tirar con él y con el FAP. Fui varias veces a tirar a clubes para practicar con tiro al platillo y me prendía en toda salida de caza que se organizaban muy a menudo esperando el primero de mayo que marcaba el comienzo de la temporada de caza. En aquella época era común ver en muchos campos cercanos a Malos Aires tanto tanos como gallegos y sus hijos, casi siempre con perros, recorrer los costados de las rutas cazando alguna perdíz o una liebre. Había tantas que en un rato se colmaban las expectativas. Hasta que los chacareros comenzaron a envenenar semillas para matar palomas, cotorras, perdices, copetonas, coloradas, etc y para colmo abrieron la exportación de carne de liebre. Se comenzaron a hacer arados nocturnos y para colmo llegando hasta al lado de los alambrados matando la mayoría de las especies. Sobreviven unas pocas refugiadas cerca o dentro de los pueblos.
De los hijos de los tanos y los gallegos originales, pocos quedaron y menos siguieron con la caza y con cada vez mas prohibiciones desalentaron a casi todos.
Lo mas grande que cacé fue un carpincho y varios chanchos salvajes y con la gente que había ido la primera vez, evisceramos los animales y los cargamos con cabeza (que es enorme y pesadísima) para desandar el camino entre bañados y arroyos para volver al vehículo. A mitad de camino les digo: Che muchachos, y si le sacamos la cabeza para que no sean tan pesados?…Ni loco, me dicen…es lo más rico. También en una bolsa habían metido la pajarilla, los riñones, el hígado, el corazón, etc. Junto a una membrana que no recuerdo como le llamaban pero que en definitiva es el peritoneo.
Cuando llegamos (a las casas) mientras se despostaba toda la carne preparándola para embutir, pusieron un tacho grande al fuego con unas cebollas, unas zanahorias, laurel, romero fresco, sal y la cabeza pelada a hervir. Con la membrana que es una especie de tela que envuelve los órganos internos, justamente envolvieron los órganos internos, lo ataron y al tacho.
Al mediodía apenas alcanzó todo. A la noche los costillares se pusieron a la parrilla mientras terminábamos de atar los chorizos.
Estos compañeros de caza eran mestizos cruza entre indígenas y algún Español Conquistado (según ellos).
Se vé que también les habían enseñado y muy bien aprendido que “Lo que se caza se come”.
Yo aprendí algo más y es que se descarta solamente lo que no se puede comer. Ninguno de los nenes/nenas que había por allí, ni algún jóven ni las mujeres dijo: Esto no me gusta.
Todos cominos de todo lo que cazamos.
La Niva será de tecnología viejona, pero es robusta...como la Yolanda.
Carlos de Madariaga - Bs. As.- Argentina
Niva 2004 y Ford F-150