La expresión “Acá hay gato encerrado” hace alusión a algo que se encuentra oculto o es un secreto.
La frase se vincula con la famosa historia que el literato estadounidense Edgar Allan Poe (1809-1849) nos propone en su maravilloso cuento "El Gato Negro". En él, se narra un caso que se resuelve gracias a que unos policías escuchan los maullidos de un gato. El felino (vivo, por supuesto) había quedado prisionero detrás de un muro que el asesino había construido para ocultar su crimen. Aquí sí podemos hablar de un gato encerrado, cuyo descubrimiento permitió aclarar un dilema.(1)
Otros atribuyen el origen de esta frase en los siglos XVI y XVII, (Siglo de Oro español) cuando era usada como especie de contraseña que usaban los ladrones para indiar que hay una bolsa de dinero para robar. En aquella época era muy común guardar las monedas en una bolsa fabricada con la piel de gato.(2)
Como es de esperar en cualquier época, esos talegos (saco largo y estrecho) eran cuidadosamente escondidos por sus dueños en sus cuerpos o en sus casas; y como también es de esperar, era virtud de los ladrones descubrir los recónditos pliegues de la túnica o los secretos recovecos de la morada donde el "gato" se hallaba bien oculto.(2)
Posiblemente ese sea el origen de esa frase por que lo podemos ver reflejado en las obras de Miguel de Cervantes Saavedra (1547-1616), Francisco de Quevedo (1580-1645) o Lope de Vega (1562-1635), ya que aparece esta expresión, trescientos antes que la edición del libro "El Gato Negro".(2)