Y nótese que digo mangones y no mangueros

, porque no vengo a hablar de los sucesos de público conocimiento, que además, yo supongo, a nadie de los que vivimos en esta parte del mundo nos sorprendieron con esta historia que era, cuasi, un secreto a voces.
Pero estos acontecimientos de los últimos días me hicieron reflexionar, siempre se habló de una especie de impunidad de esta Organización, que estaba más allá de cualquier ordenamiento jurídico, sin ningún tipo de control, pero por aquello de que “no hay tiempo que no se acabe, ni tiento que no se corte” como dijo Martín Fierro, el día llegó
Y esto me llevó a tomar una decisión drástica, si a estos que estaban por “juera e’ la ley” les llegó el día, yo no puedo, no debo, seguir postergando… el cambio de los mangones del radiador de mi NIVA!!!
Porque si bien hay muchas cosas que tengo demoradas para hacer en la camioneta, lo de cambiar los mangones se lleva todos los premios, hace mucho, pero “…mucho tiempo, tanto que ni de mi pago ni de mi nombre me acuerdo” como recita Osiris Rodríguez en su poema “El Forastero”.
Es que el aspecto reseco de los mismos más de una vez me hizo pensar que por este tema iba a quedar tirado en cualquier momento.
Recuerdo haber ido a una casa del ramo y preguntar por ellos y recibir por respuesta, “de eso no tenemos nada, pero si los traés podemos encontrar algo parecido”, y de la excusa de que si los saco y los rompo y después no consigo me agarraba para seguir sin resolver el asunto.
Hace unos meses me compré el termostato en Ladapower pero me resistí a comprar los mangones, no puede ser, me dije, que eso no lo pueda conseguir en Uruguay, tiene que haber, un día de estos me voy a levantar con ganas y ahí sí van a saber esos mangones de lo que soy capaz…
Y así fue, desarmé un jueves, compré el viernes, armé el sábado, por supuesto compré lo que había y no lo que quería, y para peor, creo que más caro que si los hubiera traído de la otra parte del mundo. Mangones de forma parecida pero de largor para cortar, con las dificultades que eso implica, por algo dicen “medir dos veces y cortar una”, pero casi quedaron bien, medio chingados porque me faltó decisión para cortar más a la medida, pero quedaron, no tan estéticos pero igual efectivos.
Y por primera vez desde que está en mis manos, con termostato funcionando, que el que tenía yo lo suponía vacío adentro por su aspecto medio abollado y por lo que demoraba en llegar a la temperatura de trabajo, o a la casi temperatura, porque en invierno y en ruta nunca alcanzaba los 90°.
Llené el circuito con agua para radiadores y para evitar el tema de que quedara aire, después de haber leído sobre las diferentes formas de purgar, opté por verter líquido por el mangón superior (entraron como 2 lts.) y después de apretar este, llenar el radiador. Mantuve la camioneta moderando por varios minutos con el radiador destapado para que fuera saliendo el aire que hubiera y repuse un par de veces a medida que bajaba el nivel.
El antes
El después
Reliquias rusas, se ve que el conjunto era el original, las mangueras tienen grabadas un 06 89, la camioneta es del 91 (empadronada), así que es muy probable que fueran las que vinieron instaladas. El termostato no estaba vacío pero este era el estado, el herrumbre consecuencia de usar, desde que la tengo, agua de la canilla.
Dicen que la justicia tarda pero llega, y para la Fifa tardó, casi tanto… como yo para cambiar los mangones!!!
Salú' la barra!!!
P.D.: “El Forastero” por Osiris Rodríguez Castillo